Módulo 3 - Tarea final: reflexión higiene femenina

  Después de leer el artículo, en parte no me sorprende que la situación haya llegado a los extremos que han llegado (teniendo en cuenta, además, mi propia experiencia como adolescente en España). Quizás no en todos los colegios ni en todos los casos, pero sí en muchos barrios o familias marginales la pobreza menstrual puede llegar a afectar al fracaso escolar debido a la falta de recursos. Aun así, debemos recordar que con estos «recursos» no me refiero únicamente a los económicos, sino también a los didácticos en cuanto a educación sexual. Esta continúa siendo obsoleta en muchos sentidos. Asimismo, los adolescentes no suelen tomársela en serio debido al enfoque que se suele emplear para con ellos.

  Muchas personas que conforman parte entre mi alumnado sienten vergüenza y timidez al hablar sobre salud menstrual. Siempre hay algún gracioso o graciosa que hace algún comentario o broma al respecto, y, en ocasiones, esas bromas, en vez de romper el hielo, lo endurecen. En otras situaciones, sin embargo, no ha sido un tema que haya tratado debido a la naturaleza de mi asignatura (inglés) y la falta de tiempo que tenemos para cumplir con el currículo explícito.

  Actualmente, aun así, en el centro en donde trabajo, no se ofrecen productos de higiene menstrual. Eso no significa que los alumnos que menstrúan no se acerquen a aquellos docentes con los que tienen confianza para pedir ayuda en caso de que la necesiten, pero no se les ofrece, de buenas a primeras, productos de higiene menstrual.

  Contemplando la situación y siendo conscientes de cómo nos ha afectado el COVID-19 y que esto a conllevado a una regulación de precios de las mascarillas frente a la necesidad básica de su uso, es incomprensible cómo a día de hoy la tasa rosa siga existiendo. Por ello, personalmente, yo siempre recomiendo el uso de una copa menstrual. De esta manera, el coste es más bajo y se es más respetuoso con el medio ambiente. Así y todo, el uso de la copa menstrual no es apto para todos, con lo que no es una solución que pueda contentar a todo el mundo por igual. Quizás debamos buscar otras soluciones más que puedan ayudar a nuestro alumnado e incluso a la población a mejorar este desgaste.